Más allá del
capitalismo
ECONOMÍA MIXTA
Si la historia se detuviera
hoy, quizás podría decirse que la evolución
de los sistemas económicos, luego de variadas e infructuosas
alternativas, ha encontrado finalmente su punto culminante
en el definitivo reinado del viejo y conocido capitalismo.
Algunos dirán que este triunfo se debió a la
superioridad de la doctrina liberal de la economía
de mercado, y otros dirán que simplemente se debió
al poderío económico de quienes lograron imponerlo;
no obstante, triunfalistas o resignados, casi todos asumen
el fin de la historia, subidos al carro triunfal de la globalización
o aplastados por los cascos de sus desbocados corceles.
Sin embargo, pese a la aparente
invulnerabilidad del gigante, algunas fisuras comienzan a
dar la señal de su decadencia, y la historia, que siempre
continúa hacia la evolución, le dará
al ser humano, una vez más, una salida y un futuro.
Es por eso que los Humanistas,
que miramos hacia ese futuro, que tratamos de ver más
allá de la aparente solidez del prepotente sistema
económico actual, afirmamos que hay algo más
allá del capitalismo: La Economía Mixta.
Mucho es lo que se ha intentado,
y mucho es lo que se ha aprendido de cada fracaso. Hoy sabemos
que no se trata de imponer una economía centralizada
y burocrática en la que un estado burocrático
digita y controla todo, pero tampoco se trata de esperar que
el mercado administre justicia social ni planifique el desarrollo.
Tampoco se trata de una "tercera vía" donde
el estado le pide permiso al poder económico para realizar
tibias reformas cosméticas, porque eso no es otra cosa
que capitalismo disfrazado con buenos modales. No se puede
hablar de sistemas mixtos como si se tratara de mezclar agua
con aceite, porque el aceite siempre se las arreglará
para terminar arriba del agua; se trata de crear un nuevo
sistema, una nueva sustancia que tal vez rescate algunas propiedades
del aceite y del agua, pero incorporando otras, más
adecuadas a un ser humano que está
creciendo.
La Economía
Mixta es un sistema apoyado en los pilares de una democracia
real y participativa, no en una democracia formal en la que
los seudos representantes del pueblo no son más que
los socios y cómplices del poder económico,
encaramados en las cúpulas de los partidos tradicionales,
ofreciendo al electorado falsas opciones que inevitablemente
terminan en traición.
En una
democracia participativa, el Estado ya no será un ente
disociado de los individuos, sino que se transformará
en una suerte de Estado Coordinador, en una suerte de inteligencia
social que velará por el interés del conjunto.
El gobierno ya no será un botín de los arribistas
sino que será la herramienta de la organización
social, manejada por representantes genuinos y voluntarios.
Este
concepto de Estado Coordinador, como inteligencia conjunta,
disolverá las contradicciones entre los intereses del
estado y los intereses de los individuos. Desde ese punto
de vista, toda intervención del Estado en la economía
se deberá entender como la necesidad de ordenar el
funcionamiento económico desde una visión más
amplia que la particular de las empresas y los individuos,
pero precisamente para favorecer equitativamente el funcionamiento
económico de los individuos y las empresas.
En un
Sistema de Economía Mixta, se resolverá la raíz
de la inequidad en la distribución de la riqueza, transformando
el funcionamiento interno de las empresas a través
de la participación de los trabajadores en las ganancias,
en la propiedad y en la gestión de las mismas. A su
vez, la implementación de reformas agrarias allí
donde sean racionales y necesarias, y una modificación
sensata en el derecho de herencia, pondrán límite
a los excesos de poder económico que tanto daño
han causado a la humanidad.
En un
Sistema de Economía Mixta no se permitirá el
control monopólico de los recursos estratégicos
y de los servicios fundamentales por parte de grupos de poder
que esquilman a la población. El estado nunca podrá
renunciar a su deber de hacerse cargo de que se respeten los
derechos humanos, entre los cuales están la salud y
la educación públicas y gratuitas en un nivel
de excelencia y no de "lo mínimo para los pobres".
El estado será el único que podrá terminar
con la explotación irracional de los recursos que destruyen
el medio ambiente.
En un
Sistema de Economía Mixta, no se dejará librada
únicamente al mercado la iniciativa para la inversión
productiva y la generación de empleo, sino que existirán
políticas activas de desarrollo, guiando los emprendimientos
privados o interviniendo para generar inversión. Allí
donde la economía privada no llegue y existan recursos
no explotados y gente sin trabajo, allí estará
el estado implementando políticas activas.
En un
Sistema de Economía Mixta, se desarticulará
la especulación y la usura de la banca privada, mediante
la creación de un Banco Estatal sin Interés
que financie el desarrollo y termine con el control de la
economía en manos de los capitales especulativos que
se están adueñando de todo.
Seguramente
la lucha contra la especulación financiera, será
una de las principales que deberá llevar adelante la
humanidad; y esta vez el estado, los trabajadores y los empresarios
productivos estarán unidos, porque todos son víctimas
del monstruo de la banca.
En un
Sistema de Economía Mixta, el estado garantizará
la igualdad de oportunidades, sin que la capacidad económica
sea sinónimo de poder sobre las personas, y sin que
el bienestar económico sea sinónimo de una carrera
consumista desenfrenada.
Hoy más
que nunca, ante la irracionalidad de los mercados que no sólo
conducen a la marginación de las mayorías sino
que además tienden a implosión del propio sistema
capitalista, es necesario fusionar el interés social
y el interés económico en un nuevo sistema donde
el estado se haga cargo de las necesidades de la gente y del
rumbo de la economía, a la vez que la gente se haga
cargo del funcionamiento y del rumbo del estado.
Guillermo
Sullings
|